El desahucio del inquilino es uno de los problemas que más preocupan a los propietarios de viviendas. Aquí te explicamos en qué consiste y cómo llevarlo a cabo
Como propietarios de viviendas de alquiler, es necesario tener en cuenta alguna de las situaciones más complicadas que pueden presentarse. Una de ellas es la del desahucio del inquilino, cuyas causas y circunstancias pueden variar. En este artículo, abordaremos este tema, analizando los distintos escenarios y cómo prevenir una situación tan incómoda para ambas partes.
El desahucio es un procedimiento judicial por el que el propietario de una vivienda puede recuperar la posesión del inmueble si el inquilino no cumple con sus obligaciones, como el pago del alquiler o la conservación y mantenimiento del mismo.
Entre las causas más habituales para motivar un desahucio, encontramos las siguientes:
El desahucio es un proceso largo, para el que se requieren distintos pasos y procedimientos. El primero de ellos es la presentación de una demanda por parte del propietario ante el juzgado de primera instancia. En esta demanda, el propietario o su representante deben incluir los siguientes documentos:
Una vez presentada la demanda, el juzgado citará a las partes a una vista oral. En la vista oral, el propietario tendrá que probar los hechos que alega en la demanda. Si el juez considera que los hechos están probados, dictará una sentencia de desahucio.
La sentencia de desahucio puede ser recurrida ante la Audiencia Provincial. Si el recurso es desestimado, el inquilino tendrá un plazo de 10 días para abandonar la vivienda. Si el inquilino no abandona la vivienda en el plazo establecido, el juzgado ordenará su lanzamiento.
El proceso de desahucio se puede dividir en las siguientes etapas:
El plazo del proceso de desahucio puede variar en función de la causa que lo motive y de la carga de trabajo del juzgado. En general, el proceso de desahucio por impago de alquiler puede durar entre 6 y 12 meses.
En el caso de que el propietario quiera desahuciar a su inquilino y no tenga un contrato escrito como prueba que avale esa relación, existen otras alternativas. Para probar el vínculo existente, los jueces pueden solicitar otras pruebas, como los justificantes de pago de la renta mensual, preferiblemente de las transferencias bancarias, u otras pruebas como pudieran ser la presencia de testigos del acuerdo, mensajes de correo electrónico, SMS, whatsapp, etc.
En cambio, si no existiera ninguna prueba que se pudiera aportar, la vía que le quedaría al propietario sería presentar una demanda de desahucio por precario. En este supuesto, el propietario tendría que renunciar a las mensualidades que quedaran pendientes de pagar, si es que las hubiera, ya que la figura del precario establece que el propietario da su consentimiento al uso gratuito del inmueble.
Los desahucios son procedimientos incómodos para ambas partes, por lo que muchos propietarios tratan de evitar el proceso judicial y buscar una alternativa.
De modo general, existen dos tipos de alternativas al desahucio:
Las alternativas al desahucio pueden ser beneficiosas para ambas partes. Para el propietario, porque pueden evitarle los costes y los trámites del proceso judicial. Para el inquilino, porque pueden evitarle el riesgo de ser desahuciado y tener que abandonar su vivienda.
Sabemos que los procesos de desahucio son uno de los mayores miedos para los propietarios de viviendas. Por este motivo, recomendamos que se tomen algunos consejos, sobre todo si se opta por alquilar un piso sin inmobiliaria:
Otras medidas preventivas que pueden ayudar a evitar un proceso de desahucio son:
El desahucio es un procedimiento judicial por el que el propietario de una vivienda o local de alquiler puede recuperar la posesión del inmueble si el inquilino no cumple con sus obligaciones, como el pago del alquiler o la realización de obras de conservación.
El desalojo, por su parte, es la expulsión del inquilino de la vivienda por la fuerza. El desalojo puede ser ordenado por el juez en un proceso de desahucio, pero también puede ser ordenado por el juez en otros casos, como en casos de ocupación ilegal de la vivienda.
En resumen, el desahucio es un procedimiento judicial que puede conllevar el desalojo del inquilino, mientras que, para el desalojo, no hay necesidad de que se haya iniciado un procedimiento judicial.
Esperamos que este artículo haya resuelto tus dudas acerca de los desahucios de un inquilino de una vivienda de alquiler. Por último, queremos recordar que el desahucio es una medida extrema que debe tomarse como último recurso, cuando ninguna de las alternativas disponibles hayan funcionado.
De todas maneras, tomando una serie de medidas y precauciones, estamos seguros de que podrás encontrar al inquilino adecuado y alquilar tu piso con total tranquilidad con HousingAnywhere.
Este artículo solo tiene fines informativos.
Por favor, consulta a las autoridades correspondientes para las actualizaciones más recientes o a un abogado para obtener asesoramiento legal.
En este artículo
¿Qué es un desahucio?
¿Cuáles son las causas que pueden ocasionar un desahucio?
¿Cómo es el proceso de desahucio?
¿Cómo se puede desahuciar a un inquilino sin contrato escrito?
¿Existen alternativas al desahucio?
¿Qué medidas preventivas puedes tomar antes de llegar a un desahucio?
¿Cuál es la diferencia entre un desahucio y un desalojo?
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